Lideres: Haciendo discípulos o idólatras?
Lideres: Haciendo discípulos o idólatras?
Acabo de leer una cita provocante:
“Lo que usas para atraer a la gente atraerá su lealtad.”
Es de Mark Dever y su libro The Deliberate Church: Building Your Ministry on the Gospel [La Iglesia deliberada: construyendo su ministerio sobre el Evangelio]. La cita continua con:
Si ganas / atraes a la gente con técnicas, programas, entretenimiento y carisma personal, es posible que les ganaras a ti mismo y tus métodos (y posiblemente no!) pero es muy probable que no serán ganados o atraídos al evangelio primero y principalmente.” (p 44).
Las aplicaciones su numerosas. Si la gente viene principalmente porque les gusta el estilo de alabanza, o el líder o grupo de adoración, ¿que pasa si eso cambia? Si la atracción principal a tu iglesia es tu programa de niños o jóvenes, cuando ya los niños son grandes, ¿que pasa con los padres? Si la gente viene porque el pastor es chistoso o tiene una presentación entretenido, si el pastor se va, que pasará con la iglesia?
Ahora, ninguna de esas cosas son malas - con tal que son secundarias. Es bueno tener programas para niños de calidad. Es bueno tener un tiempo de alabanza tan bien elaborada que la gente no se distrae de enfocarse en Dios por errores o disonancia. No hay nada mal que el predicador sea buen comunicador. Pero nada de eso deberá alcanzar primera prioridad. Al nivel de liderazgo de una iglesia la pregunta siempre debe ser ¿que es nuestro compromiso y nuestra prioridad principal para las personas que asisten? ¿Con que les queremos ganar su corazón y lealtad? Si es cualquier cosa menos que conozcan el contenido y el poder transformador del evangelio, corremos el riegos de convertirles en idólatras - leales a algo mucho menos de Cristo y su evangelio. Y Dios tenga misericordia si deseamos que nosotros mismos seamos la atracción principal.
Por eso hay pocas cosas mas importantes para nosotros como líderes que cultivar un espíritu de contante arrepentimiento y humildad, centrando nuestras vidas en intimidad con Cristo y dependencia del Espíritu para nuestras vidas y ministerios. Así nuestro esfuerzo producirá personas que son discípulos de Jesus y no idólatras a cualquier otra cosa.
El autor y blogger Tim Challies tiene una aplicación fascinante de este principio a la familia y el hogar. Pero eso será tema para la próxima entrada. Hasta entonces. Papa Joel.
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